El road show de De Vido y Kicillof por Rusia y China para conseguir financiamiento concluyó sin ningún anuncio concreto. El Ministro de Planificación había iniciado la gira con intenciones de que entren dólares frescos para las represas santacruceñas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, en una suerte de “endeudamiento heterodoxo”, y así poder engrosar las reservas del Banco Central.

Su par de Economía se sumó más tarde, con la excusa de concretar un canje de reservas con la potencia asiática.

Lo cierto es que más allá de las flores que se tiraron entre sí los funcionarios argentinos y chinos, ninguno de los dos objetivos se cumplió.

LPO había adelantado que en el viaje que realizaron en su momento el entonces secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Augusto Costa y su segundo Carlos Bianco Bianco-que ahora ascendió a su lugar tras el pase de Costa a Comercio-, habían viajado a China para conseguir el visto bueno de una aseguradora-la condición necesaria para conseguir el financiamiento-pero finalmente se cayó, por lo que la obra volvió a fojas cero.

Hoy Clarín publicó que Kicillof y De Vido consiguieron destrabar en Beijing el crédito de US$ 4.700 millones que había frenado Sinosure, la agencia estatal encargada de asegurar los créditos para la exportación de equipos y productos chinos de alto valor industrial. La aprobación de la aseguradora es fundamental para concretar el financiamiento.

Las versiones aparecen como una jugada desesperada para no reconocer que volverán a la Argentina con las manos vacías.

El matutino señala que el contrato definitivo se postergó para febrero o marzo, cuando supuestamente se terminará de definir la letra chica. Pero voceros de Planificación confirmaron a LPO que hasta ahora no se firmó nada concreto, por lo que no hay garantías de que entren los dólares.

De esta manera, el inicio de las obras pautada originalmente para febrero se retrasó y recién comenzarían entre mayo y junio del año que viene.

La presencia del minstro de Economía en el “road show” en realidad se explica por la dura interna que mantiene con su par de Planificación, en donde Kicillof le intervino el área de Energía. El financiamiento de las represas era un tema del que se iba a ocupar De Vido. Pero Axel se coló a última hora del jueves pasado, con la gira ya iniciada, solamente para marcarle el terreno y evitar que se lleve la referencia en caso de que hubiera algún anuncio.

La excusa que puso el ministro de Economía fue que iba en busca de un canje de reservas con la potencia asiática. Esta medida ya se había intentado en el 2009, cuando Martín Redrado ocupaba la presidencia del Banco Central, pero al final nunca se concretó. Consiste en un intercambio entre las monedas de ambos países, es decir pesos por yuanes, pero que se contabilizan en dólares, y por lo tanto permiten aumentar las reservas.

Desde ya que era una operación sumamente compleja y los especialistas descontaban que el "swap" no tendría éxito. Kicillof ya sabía esto, pero su disputa con De Vido pudo más y viajó igual.

Hoy ya se confirmó que no habrá canje de reservas, o al menos no se concretará en forma “inminente”, según informó Ámbito Financiero.

"En el corto plazo no se deben esperar desembolsos. Además, las inversiones chinas vienen con la contrapartida de comprar materiales y maquinarias a ese país", indicaba la nota publicada en ese diario, acaso enfriando la postura oficial de que el problema de las reservas se solucionaría fácilmente con inversiones chinas y rusas.

Hasta ahora, lo único que quedó de la ambiciosa gira fue el contrato que firmó Cristina con la empresa CMEC para la provisión del material ferroviario del Belgrano Cargas. Una iniciativa que va en el sentido opuesto a lo que buscaba el gobierno: en vez de ingresar dólares, el acuerdo implica una salida de billetes verdes por medio de importaciones al país oriental.

De esta manera, la Argentina agudizará el déficit comercial con la potencia asiática. “China manifestó que no tiene ningún interés en tener ese superávit”, le dijo ayer Kicillof a Página 12, sin ahondar demasiado.

La falta de anuncios es llamativa, a tal punto que para compensar su fracaso, el gobierno impulsó un acuerdo entre el titular de la Anses Diego Bossio y los gobernadores, en el marco del plan Procrear para viviendas en territorio urbano.

Como pasó en el 2004, China vuelve a asomar como la gran salvadora en medio de un momento económico complicado. En ese entonces, el presidente Néstor Kirchner dijo que iban a tener que levantarle un monumento por las negociaciones que llevaba a cabo con los ministros y empresarios de ese país, que parecía que iban a traer miles de millones de dólares.

Las tratativas no tardaron demasiado en desmentirse. Un ministro chino vino a la Argentina y ante la consulta de los periodistas sobre el tema, aseguró que no estaba al tanto de nada. Hasta ahora, los billetes verdes no aparecieron. Ni los del 2004 ni los de los del financiamiento de 15 megaproyectos que fueron a promocionar los funcionarios.